En Saute ma ville, asistimos al nacimiento cinematográfico de la cineasta belga Chantal Akerman. En su opera prima encontramos algunas de las máximas de su cinematografía: universo autorreferencial, la difícil relación entre el movimiento incesante de la vida urbana y la quietud, la cautividad -casi siempre femenina- en el hogar, etc.