Cuando la hija de Julia y Sean, Annie, llega a la pubertad, ambos deben enfrentar la dura realidad de la madurez y ocuparse de sus propios problemas sobre el envejecimiento. Cuando Gina le dice a Christian que ya no podrá estar involucrado en la vida de Wilbur, Christian se ve obligado a localizar un antiguo amor para construir un caso para conseguir la custodia exclusiva de Wilbur.