Gumball, Darwin y Anaís descubren que la mamá de Banana Joe pinta cuadros que predicen el futuro. Cuando encuentran uno que muestra a Gumball corriendo desnudo por el Centro Comercial, Gumball no va a permitir que eso pase. Pero los acontecimientos conspiran en su contra, y Gumball aprende que, a veces, no se puede luchar contra el destino.