Poncio Pilatos, gobernador romano de Judea, tiene que tomar una decisión sobre un problemático predicador llamado Jesús. Con la presión creciendo para que lo ejecute, la esposa de Pilatos, inspirada por un sueño profético, insta a su marido a que deje libre a Jesús. Sin embargo, Pilatos ordena crucificarlo y se lava públicamente las manos.