El 31 de julio de 1992, el vuelo 311 de Thai Airways International se estrelló en una montaña durante su aproximación final al aeropuerto internacional Tribhuvan en Katmandú, Nepal, en condiciones meteorológicas adversas, matando a las 113 personas a bordo. El accidente se debió a que los pilotos se desviaron de la ruta de aproximación.